Skip links

Viajar en bicicleta por Pakistán

Bikesunrise

Cómo es viajar en bicicleta por Pakistán

Llevaba un tiempo planeando este viaje en bicicleta por Pakistán. Recuerdo el cosquilleo en el estómago cuando aterricé en Islamabad y supe que estaba a punto de iniciar una de las aventuras más intensas de mi vida. Este país, del que se suele escuchar más por rumores y prejuicios que por la experiencia real, me ha enseñado, a cada pedalada, a cada contacto con otra persona a derribar todas esas ideas preconcebidas.

viajar en bicicleta por pakistán
Jugando al cricket en las afueras de Islamabad

Después de sortear algunas políticas internacionales y tomar un vuelo desde Turquía, llegué al bullicioso Islamabad. Desde el momento en que puse un pie en suelo pakistaní, la diferencia se hizo palpable: la gente conducía por la izquierda, los supermercados eran escasos, y la comida se disfrutaba con las manos en puestos callejeros. Islamabad, organizada en distritos y rodeada de mezquitas imponentes como la Faisal, me dio un primer vistazo a un Pakistán estructurado, calmado y algo occidentalizado. Pero sabía que esto era apenas la entrada.

Tras unos días en Islamabad, comencé a pedalear rumbo a Rawalpindi, la antigua capital. Este primer contacto con el “Pakistán real” me sacó de cualquier zona de confort. El tráfico se transformó en un caos absoluto, en una partida de Mario Kart donde cada uno va por su cuenta, y donde me sentí verdaderamente vulnerable. Mi mayor miedo en estos viajes en bicicleta es, precisamente, pedalear entre camiones y autos que van a toda velocidad, como si el objetivo fuera llegar primero sin importar quién esté en el camino.

viajar en bicicleta por pakistán
Mezquita Faisal

Subí a un bus que me llevaría al norte, recorriendo la famosa Karakórum Highway, también conocida como la antigua ruta de la seda. Este trayecto nocturno de 15 horas me hizo descubrir la verdadera grandeza de Pakistán: montañas infinitas y profundas gargantas que parecen salidas de un cuento épico. Al llegar a Gilgit, la capital de Baltistán, quedé sorprendido por el frío y el paisaje tan abrupto; rodeado de montañas gigantes, me sentía en un rincón del mundo al que pocos han llegado.

Unos días después de llegar al norte, contacté con Adrián y Elena, una pareja española también en bicicleta. Fue en ese encuentro donde descubrí uno de los aspectos más enriquecedores de este viaje: la hospitalidad local. Los amigos de Adrián y Elena nos ofrecieron su hogar, y compartimos historias al calor de un fuego que, para mí, significaba unión y comunidad. Es en estos momentos, en los que estás en medio de la montaña, sin electricidad y con personas que apenas entienden tu idioma, cuando te das cuenta de la universalidad de la sonrisa y el calor humano.

viajar en bicicleta por pakistán
Karakorum Highway

Mis días en el norte me llevaron a recorrer valles majestuosos y a contemplar el imponente Rakaposhi, una de las montañas más altas del mundo, con casi 7,800 metros de altura. Es increíble pensar que estás rodando junto a una de las maravillas del planeta, en una carretera perfectamente mantenida por el esfuerzo conjunto de Pakistán y China. La autopista del Karakórum, considerada la carretera internacional más alta del mundo, fue construida a costa de muchas vidas. Este paso milenario, que une los valles pakistaníes con la frontera china, muestra la fuerza de una historia de comercio, cultura y supervivencia.

El frío se intensificaba cada día, y las noches alcanzaban temperaturas bajo cero. A veces, cuando montaba mi tienda en refugios improvisados, sentía que estaba en el mismísimo centro de una aventura extrema. Las mañanas eran heladas, y el té caliente de los locales era el mejor antídoto contra la falta de sol que apenas aparecía entre los valles. En cada curva, el paisaje me recordaba la belleza brutal de la naturaleza, y el esfuerzo constante de sus habitantes por adaptarse.

viajar en bicicleta por pakistán
Norte de Pakistán

Este viaje en bicicleta por Pakistán me ha enseñado que no hay que temer a lo desconocido, sino darle la bienvenida. La gente, con su calidez y generosidad, y la naturaleza, con su grandeza y hostilidad, me ayudaron a limpiar la mirada y a ver el país más allá de prejuicios.

Es cierto que Pakistán es un país complejo y, en muchos aspectos, olvidado o temido. Pero creo que si algo puedo transmitir, es la humanidad y hospitalidad que encontré a cada paso, la confianza que me devolvieron en la bondad humana, y el respeto que desarrollé hacia este país y su gente.

viajar en bicicleta por pakistán
Hospitalidad en Pakistán
cicloturismo por Pakistán

Viaje en bicicleta por Pakistán

Revive todo el viaje en bicicleta por el mundo aquí

bikepacking por pakistán

Imágenes del
viaje en bicicleta por Pakistán